Monday, September 23, 2013

Entre Hombres : Que es mejor ? Soltero O Casado?

¿Quién es más feliz?

Nadie parece estar conforme con lo que tiene. Cada uno cree que sería más dichoso si estuviese del otro lado. Esa es la paradoja de los tiempos que corren, cuando cada vez hay más personas que optan por la soltería como alternativa de vida, o que deciden postergar el momento para la vida en pareja.
Idalia De León

Las alternativas están servidas. La del matrimonio tiene a su favor el abolengo que proporciona la antigüedad histórica, la tradición. A pesar de la mala prensa de la que es objeto por estos días, sigue atrayendo no a pocos que ven en la vida en pareja el llamado sueño de realización. Por otro lado, la opción de la soltería es, últimamente, la más taquillera por los numerosos beneficios que se le atribuyen, entre ellos "la libertad" y porque sobre el matrimonio ya no pesa el ser la única opción de vida. Pero el punto es: ¿cuál de las dos opciones de vida acumula mayor número de gratificaciones? ¿Por qué últimamente la decisión de la soltería o de renunciar a vivir bajo el mismo techo con el ser amado encuentra tantos adeptos? El tema, impensable hace unos 50 años, es hoy moneda corriente y conforma uno de los cambios más importantes que está registrando la sociedad, junto con el matrimonio gay, la inseminación artificial y los vientres en alquiler.

En Estados Unidos, 40 por ciento de los ciudadanos son solteros. El dato sólo encuentra paralelo en Europa, donde una urbe alemana, Hamburgo, lleva el mote de "la ciudad de los solteros", debido al alto número de personas que eligieron ese estilo de vida. En el resto del Viejo Continente, el fenómeno se replica inquietantemente: 42 por ciento de los españoles se mantiene soltero; en Francia, la cifra sube a 46, y en Finlandia, a 50. Este comportamiento encuentra sus espejos en series de televisión que, como The Single Guy (pionera en su tipo), Seinfeld, Friends, Two & Half Man y Will & Grace, entre otras, no sólo dijeron lo que estaba pasando en relación con el tema, sino que crearon el estereotipo del soltero de hoy: exitoso y fóbico. Para ellos el tener hijos ya no tiene peso (no los realiza), y eligen la soltería por el temor de repetir un modelo familiar inadecuado. Pareciera que la llamada generación X, esa que nació entre 1964 y 1980, que prácticamente estrenó el dolor que produce el divorcio y que lo sobrellevó con maratones de televisión, se convirtió en una generación de adultos individualistas que hoy imponen la onda de la soltería.

De 1960 a la fecha, la población mundial de solteros ha crecido 500 por ciento. Y así como en los años cincuenta se "inventó" la adolescencia como target al cual se le podía proporcionar marcas y gustos comerciales específicos, el nuevo boom de la soltería está abriendo sus posibilidades y el lenguaje publicitario también encontró un lugar para esos adultos entre 25 y 35 años que están dispuestos a gastar su dinero en locales, prendas de vestir, perfumes, viajes y productos concebidos para ellos.
Sobre las solteras ya no pesa la obligación social de "encontrar marido", y ya no hay quien las asuste con aquello de que si pasaron los 30, se quedaron para "vestir santos". Los hombres, por razones culturales, nunca supieron de presiones sociales, por lo menos en estos predios, a pesar de que en países como el nuestro a los varones se les conminaba a cultivar precoces relaciones a través de una pregunta que todavía se deja escuchar: "Y tú, Pedrito, ¿Cuántas novias tienes?". Dicho sea de paso, la cándida pregunta ocultaba el nada ingenuo objetivo de contribuir no sólo a remarcar las preferencias sexuales del futuro hombre, sino a definir un patrón de conducta que hoy es el dolor de cabeza de muchos matrimonios.

Pero... ¿quién es más feliz? El asunto es: casados y solteros argumentan pros y contras, y sólo queda claro que unos idealizan el estado de los otros. El casado siempre cree estarse perdiendo la gran fiesta de vivir múltiples experiencias y las oportunidades que ofrece la soltería; mientras que el soltero puede añorar un domingo familiar frente al televisor, y conocer, igualmente, la angustia que puede llegar a sentir por la implacable llegada del viernes en la noche.

"El soltero empedernido se amarra a la ilusión de creer que siempre va a tener la posibilidad de encontrar a la persona ideal, alguien que supere sus expectativas, y siente que tiene la libertad de vivir experiencias. Todo eso es muy emocionante, pero en la realidad no es así. No siempre estás conociendo gente, y mucho menos que esté disponible", dice Cristina Malavé, productora de televisión. Cristina tiene 37 años, estuvo casada durante tres, y, más adelante, intentó de nuevo la vida en pareja con otra persona para luego separarse. Hoy está soltera, no por una postura de vida sino porque siente que no ha llegado la persona adecuada para volver a casarse. "Lo malo de ser soltero es que tienes períodos de inseguridad. Si no tienes un amigo o un novio, te puede preocupar no saber cuándo harás el amor nuevamente. El soltero puede temer quedarse solo, le angustia no encontrar a alguien que lo ame y a quien amar".

Mirna Aponte tiene 43 y es licenciada en Estadística. Tiene cinco años de casada, y prácticamente todo el tiempo que estuvo soltera lo dedicó a estudiar. "Es verdad que tenía novios, uno hoy, otro mañana, pero ciertamente estaba concentrada en estudiar", comenta Mirna, quien sostiene que el meollo del asunto es que el soltero quiere casarse y el casado quiere ser soltero. "En mi caso, el asunto ha sido un poco diferente, porque yo cuando estaba soltera me quería casar, pero ahora que lo estoy, quiero seguir estando casada. Yo creo firmemente que el asunto es en pareja. Eso sí, hay que buscar bien, encontrar alguien afín, que comparta tus proyectos", señala enfática. Piensa un poco más en el tema y recuerda que una de las ventajas que tenía como soltera era que tomaba sola sus decisiones, de acuerdo con sus creencias y puntos de vista, mientras que ahora que está casada, tiene que conciliar y ceder en muchos casos. "Sin embargo, lo bueno de esto es que me ayuda a ver otros puntos de vista, otra manera de ver las cosas, lo cual ayuda a abrir la mente. También creo que antes salíamos más; lo que ocurre es que ahora las prioridades son otras. El aspecto económico tiene mucho peso, ahora tenemos un hogar, una casa".

La realidad que vive Mirna acá, desde su realidad tercermundista, encuentra asidero en cifras provenientes del Primer Mundo. Un estudio realizado en Inglaterra por la empresa Morgan Stanley, orientado a descubrir quién se divertía más, los casados o los novios, señala que los solteros tienen un mejor pasar. La conclusión la dedujeron del dinero que tienen dispuesto para gastar unos y otros en entretenimiento. Los casados creen que invertirán 1.050 libras esterlinas en salir, mientras que los solteros dispondrán de más de cuatro millones en estos menesteres.

Pero la realidad de Marianela Valor es distinta. Ella vio en el matrimonio, a diferencia de lo que creen los solteros, una vía de escape. "Tengo más libertad que cuando vivía con mis padres. Cuando uno vive con la familia hay restricciones, como es natural, pero ahora puedo entrar y salir con mi pareja cuando quiero". Suma cinco años de casada, 30 de edad, y la historia de amor con su esposo ya lleva más de 10. "El matrimonio me ha dado independencia. En todo caso creo que las personas deben quemar su etapa de soltería, de vivir solas antes de casarse. Creo que el estado ideal es estar casado, y lo mejor de vivir en pareja es compartir los buenos momentos". Y debe ser ese estado de seguridad que proporciona la vida en pareja lo que favorece, según algunos investigadores, que se prolongue la esperanza de vida.

Las universidades británicas de York y de Warwick realizaron una investigación que demostró que los casados no sólo viven más sino que tienen mayor calidad de vida. El secreto del asunto parece ser que el sueldo que ambos proporcionan al hogar alivia los niveles de estrés vinculados con la seguridad económica. Por otro lado, el soporte emocional que debe venir de la mano con el matrimonio reduce las posibilidades de sufrir de depresiones y desajustes emocionales. Por último, quienes viven en pareja son menos propensos a practicar actividades que pongan en riesgo su vida. Ya sea porque deben resguardarse por el bien de los hijos, si los hay, y de la pareja, el caso es que tienden a dejar de fumar y se preocupan por llevar una vida más sana.

En contraste con el resultado de este estudio, los solteros se muestran firmes y encuentran en la independencia, la máxima felicidad. En efecto, la mayoría de quienes se decidieron por vivir sin pareja está cerca de los 30 o ya los pasaron, suelen ser profesionales y muchos optaron por vivir fuera del núcleo familiar. Para ellos, el asunto se centra en una palabra: libertad. Agradecen no tener que negociar el plan del día, y el poder canalizar y explorar sus inquietudes personales. Aducen, primordialmente, tener mayor control sobre su dinero.

"Creo que todo depende de lo que cada quien quiera", dice Esteban Flores, quien tiene 20 años de casado. "Un soltero cree tener la ventaja de la libertad, pero hay que ver si eso es realmente una ventaja. En todo caso creo que quien opte por la soltería tiene que estar preparado para sobrellevar el hecho de que no siempre se tiene pareja. El que decide estar solo no se puede quejar de que a veces pueda tener períodos sin pareja. El casado tiene a su favor el disfrute de la vida familiar, de que alguien lo espere, y, si se tienen hijos, son más la gratificaciones. El concebir un proyecto de vida, darle vida al lugar donde vives, le da una razón de ser a tu existencia".

Fuente: El Universal

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